No hacemos otra cosa que escuchar la expresión «música urbana». El siglo XXI ha traído muchas cosas nuevas consigo y, una de las más repetidas y practicadas es este tipo de música nacida en las ciudades, en los barrios, en las casas y habitaciones, incluso, de jóvenes y no tan jóvenes.

Vamos a ver de dónde salió, qué entendemos exactamente por música urbana y algunas de las formas que ha tomado.
¿Qué es la música urbana?
Si leemos esta expresión que junta estrechamente las palabras «música» y «urbana», sin un contexto histórico ni algo más de información, podríamos pensar que la música urbana es cualquiera que haya sido creada en las ciudades, en los barrios, que huela a asfalto, a muchedumbres.
Pero, como pasa con la mayoría de las etiquetas, esta expresión corta, sencilla y rotunda tiene en realidad unas connotaciones algo más precisas.
La música urbana, también conocida como música urbana contemporánea, se refiere a una serie de géneros musicales que nacieron entre las décadas de 1980 y 1990 y se fueron consolidando y haciendo más y más populares en las primeras décadas del siglo XX.
La expresión fue popularizada por el locutor de radio neoyorquino DJ Frankie Crocker en la primera mitad de la década de 1970 como sinónimo, en la práctica, de música negra.
El caso es que, a finales del siglo XX, un poco como respuesta a la música Disco, un buen número producciones con raíz afroamericana, la llamada música negra, empezó a recuperar elementos del Rhythm and Blues y el Soul tradicionales.
El auge del Hip hop, el desarrollo de la tecnología musical y el aumento progresivo de intérpretes de origen latino dio lugar a una serie de géneros que enriquecieron el panorama y que, a menudo, se engloban en el concepto músicas urbanas.
Una definición aceptable para música urbana podría incluir una tendencia a utilizar ritmos bailables y unos referentes callejeros en cualquiera de sus aspectos.

Tipos de músicas urbanas
Si hemos quedado en que la música urbana es una especie de paraguas que cubre un buen número de géneros, una especie de estilo transversal que aparece en múltiples artistas y canciones, de una u otra forma, entonces debemos hablar un poco de esos géneros musicales concretos que reivindican su carácter urbano.
Veamos algunos de los más populares.
New Jack Swing
Uno de los primeros géneros que claramente abrazaron ese sonido más crudo, más callejero, fue el llamado New Jack Swing.
A finales de la década de 1980, algunos artistas y productores empezaron a mezclar melodías con aroma Rhythm & Blues con ritmos Hip hop, distanciándose de los baladistas que habían dominado la década hasta entonces.
Productores como Babyface o Teddy Riley y cantantes como Bobby Brown o Keith Sweat fueron abanderados de ese nuevo género en aquellos años.
Rhythm & Blues Contemporáneo
El R&B moderno, a partir de la década de 1990, es un género que partiendo del Rhythm and Blues añadió características y sonoridades propias del Pop, el Soul, el Funk, el Hip hop e, incluso, elementos de la música electrónica.
Con un gran peso de la producción y del diseño sonoro de las grabaciones, se utilizaron tecnologías y herramientas contemporáneas como las cajas de ritmos, la manipulación digital de las voces y un creciente interés por las bases Hipo hop, aunque sin tanta crudeza en su sonido.
Mary J. Blige o Beyoncé fueron unas de las primeras y más importantes intérpretes de este género contemporáneo, que se sigue practicando todavía, con más influencias añadidas, en la actualidad.

Reggaeton
Pero la música urbana tiene mucho de latino y el primer género que, partiendo de estas bases urbanas, tuvo repercusión internacional fue el llamado Reggaeton.
El género, basado en el ritmo característico «dembow», se consolidó en Puerto Rico durante la década de 1990. Con influencias tanto caribeñas, como el Dance Hall o el Reggae, como norteamericanas, el Hip hop, especialmente, las letras en español y el imaginario de los barrios caribeños se conformó su sonido y estilo característico.
Ivy Queen y, sobre todo, Daddy Yankee, entre otros, impulsaron el género en sus primeros años hasta conseguir el éxito internacional.
Trap
Pero, lo que conocemos por música urbana ha seguido dando frutos con el paso de los años.
Ente los nuevos géneros que han aparecido en este perfil de músicas y canciones bailables y callejeras, esta el Trap.
Originalmente, con mucha influencia Hip hop, el Trap surgió en Altanta, EEUU, durante la década de 2000.
El uso de percusiones sintetizadas, complejos patrones en el hi-hat o charles, y también, kick drums o bombos procesados digitalmente, sumado a las letras de las canciones, centradas en la vida callejera, la compraventa de drogas y la violencia urbana, dieron el carácter y la definición al género.
A parte de los pioneros de Atlanta, el productor Lex Luger y 808 Mafia, empezaron a populaizar en género por Estados Unidos. Después, con artistas mucho más conocidos como Drake o Cardi B, entre muchos otros, incluyendo elementos Trap en sus grabaciones, el género fue evolucionando y se dio a conocer en todo el mundo, infiltrándose también en otros géneros de la música urbana, hasta la actualidad.

Conclusiones
Nos hemos dejado algunos ingredientes, géneros y muchos artistas que han practicado de alguna forma música urbana.
Uno de los problemas de las etiquetas, a menudo propulsadas desde emisoras de radio y servicios de streaming, y especialmente cuando son tan amplias y abarcan tantísimos fenómenos musicales, es que no sabemos exactamente donde empieza y acaba su influencia.
De todos modos, hecha esta modesta introducción, es importante recalcar que esto ha sucedido cuando ha podido suceder, como tantas veces.
La música urbana, con todo ese terreno musical bajo sus alas, se ha considrado el nuevo Pop, una etiqueta capaz de aglutinar y describir, en alguna medida, muchos de estos productos y géneros musicales que han tenido éxito comercial.
Las innovaciones tecnológicas, los flujos de personas de un lugar a otro del globo y la misma globalización económica han contribuido a que un estilo de música tan variado y trasversal no sólo se haya dado sino que también se haya podido escuchar en cualquier parte del mundo.
Los latinos llevaban décadas en Estados Unidos y nunca pudieron acceder a la primera división comercial. Buena parte de la cultura afroamericana, igual.

Componer canciones, experimentar con el sonido y la tecnología en grabaciones musicales en home studios o, por supuesto, escribir letras que hablen el lenguaje cotidiano de los jóvenes ha sido siempre, en la cultura moderna, al menos, un vehículo excelente para la innovación musical, la expresión artística y las relaciones humanas, en general.
El siglo XXI ha derribado muchas fronteras, muchas limitaciones en la vida, en el arte, en la música y, aunque, como bien sabemos, ni de lejos el nuevo siglo nos ha traído sólo buenas noticias, una cosa no se puede negar: nunca antes hubo tanta música disponible, tantas canciones accesibles por múltiples canales para cualquiera, tanta gente expresándose desde la composición o la audición, y eso es, para los que nos gusta la música, una muy buena noticia.
Que sigan las canciones. Que siga la música.