Una de las cosas más familiares de este mundo para cualquier ser humano es una canción. Desde que nacemos, y antes incluso, ya las escuchamos y con ellas aprendemos a hablar, a expresarnos, a comunicarnos, en definitiva. Pero, ¿qué y cómo son las canciones?

¿Qué las hace tan especiales?
Además de las respuestas obvias que sencillamente las identifican como melodías, letras o versos, ritmo y asuntos semejantes, podemos profundizar un poco más y preguntarnos qué convierte a una creación musical, por ejemplo, en una canción; o qué la distingue de otras obras artísticas como un poema o una pieza instrumental.
¿Qué es una canción?
Bien. Definiciones de canción podemos encontrar muchas. Unas se limitan a señalar que se componen de música y letra, otras ahondan y distinguen el ritmo como algo fundamental en ellas, otras fuentes se centran en su estructura, en las partes que la componen y así, muchas visiones más sobre el mismo tema: las canciones.
Si consultamos la Wikipedia, nuestra compañera digital para tantas cosas, encontramos la siguiente definición: “Una canción es una composición musical para la voz humana, con letra y comúnmente acompañada por instrumentos musicales.”
Es un resumen corto, pero cierto, y prácticamente completo.
Puedes escuchar este episodio del Podcast que habla del tema :
Los elementos de una canción
De todas formas, esta definición mínima se puede ampliar fácilmente señalando alguno de los elementos característicos que aparecen en la mayoría de las canciones.
Los clásicos ritmo, melodía, armonía y letra son, probablemente, los primeros en los que pensamos al distinguir piezas distintas en el mecanismo de una canción.
Cada uno de ellos proveerá habitualmente de un tipo de información e impulsos que nos harán activar zonas distintas de nuestro cuerpo y reaccionar de un modo u otro.
La melodía buscará aferrarse a nuestra memoria, el ritmo activará nuestro instinto básico del movimiento, la armonía añadirá complejidad al conjunto sonoro y la letra intentará significar algo valioso o atractivo para nosotros.
Todo esto es muy genérico, por supuesto, y la realidad es que las fuerzas interiores de una canción se potencian unas a otras, al menos idealmente, y tratan de llegar a nuestro recuerdo por todos los caminos posibles.

Además, y como consecuencia de la evolución de las canciones a lo largo de la historia de la música, unas formas, bloques y estructuras se han ido añadiendo y consolidando como los auténticos engranajes de las canciones.
El estribillo o coro, las estrofas o versos, los puentes, interludios, introducciones codas y demás son finalmente algo recurrente y reconocible en la inmensa mayoría de las canciones de cualquier estilo o género.
La estructura de una canción suele contar casi siempre con un estribillo en alguna de sus formas y de unas estrofas, como mínimo.
Se acostumbra a decir que el estribillo o coro o drop es el elemento estructural esencial de las canciones, el clímax narrativo y musical y el fragmento más memorable de una canción.
Por su parte, las estrofas presentaran y desarrollaran el tema en cuestión, aportarán contexto a la historia o descripción y prepararan el terreno para el apoteosis del estribillo.
Una vez más, esto es una generalización y, en la práctica, muchas canciones intercambian o juegan con las funciones esperadas de cada bloque musical, con las expectativas, buscando un plus de expresividad y sorpresa en sus planteamientos y desarrollo.
Además, como hemos dicho, los pre-estribillos, los puentes, las introducciones y los finales o codas y demás piezas están disponibles para armar una canción completa y satisfacer el propósito con el que fueron escritas.
¿Cómo funcionan las canciones, realmente?
Si hacemos algo de abstracción de todo esto nos encontramos con dos grandes grupos de elementos que coexisten y deben complementarse en cada canción: el sonido y el significado.
El sonido es esa cualidad, ese fenómeno natural que nos permite recibir y reconocer vibraciones de aire con sus distintas propiedades características. El volumen, la altura, el timbre y los distintos matices que puede presentar un sonido musical, en concreto.

El significado es, por su parte, todo aquello susceptible de transportar información más allá de sus propias características intrínsecas. Por ejemplo, una palabra o una frase, o también algún referente puramente sonoro que por su repetición en un contexto cultural ha adquirido un sentido determinado. Por ejemplo, un himno o el sonido de una ambulancia.
Tipos de canciones
Las clasificaciones que podemos hacer de algo tan variado como son las canciones es, lógicamente, múltiple.
Si consideramos los temas que tratan las letras encontraremos canciones de amor, de batalla, de trabajo, de vida y de muerte, entre muchas otras.
Si ponemos la atención en la música probablemente terminemos utilizando etiquetas de género o estilos musicales. Diremos que hay canciones Pop o Rock, o Jazz, o Latina, o Metal o cualquier otra palabra que defina un grupo de canciones con una orientación musical común y reconocible.
A partir de cualquier característica de una canción puedes generar una clasificación distinta, si es eso lo que te interesa.

Conclusiones
Para resumir y dejar claro la función y los objetivos básicos de cualquier canción, podemos decir que la comunicación y la expresión son la clave de estos artilugios musicales.
Las canciones son una especie de puente entre el mundo personal de un individuo y una comunidad determinada. Estos artefactos tienen la capacidad de hacer ese doble camino entre lo subjetivo y lo objetivo, entre lo personal y lo colectivo.
Por un lado, escribir canciones supone haber vivido en algún tipo de entorno social y haber experimentado cosas, sentimientos, emociones e ideas que pueden cristalizar en una composición musical de este tipo. Una persona transformará sus vivencias en una comunidad en la expresión personal determinada por un lugar y una época concreta. Y esa canción, esa forma particular de explicar cómo un contexto colectivo resuena en un individuo, eventualmente regresará a la comunidad y será reconocida como algo verdadero y también íntimo y personal por otros semejantes en ella.
Este viaje de ida y vuelta es el ciclo natural de la composición de canciones.
Apoyado en la transmisión oral y la memoria de las culturas musicales de cada región o comunidad determinada, las canciones nacen, encuentran su audiencia y su propósito, a veces durante un corto periodo de tiempo y, en otras ocasiones, durante siglos o generaciones.
Todo esto, y mucho más, es lo que son las canciones.