La música se supone tan antigua como el ser humano, aunque no tengamos pruebas definitivas.

Nuestra capacidad vocal y la destreza de los primeros humanos con las herramientas nos hace pensar que desde la más remota antigüedad se debió practicar algo que podríamos considerar música.
Clasificaciones históricas
Cuando queremos organizar hechos que abarcan un periodo de tiempo tan grande, el primer obstáculo que encontramos es el del criterio que debemos usar para clasificarlos. ¿Qué aspecto de la música es el más conveniente o descriptivo para describir la evolución de la música a través de los siglos?
Ya que la música no es un hecho aislado en nuestras vidas y esta íntimamente relacionada con los sucesos sociales, con las ideologías, con la economía y con todo lo que conforma nuestra existencia, en definitiva, a la hora de establecer periodos y épocas donde la música ha permanecido dentro de unos parámetros, digamos, estables ha habido discusión y propuestas sobre cuál sería la mejor clasificación para explicar su historia.
La Historia de la música
Como no queremos meternos en estas polémicas, vamos a detallar una breve introducción a la historia de la música, de esta manera:
1. Prehistoria: La música anterior a los documentos históricos que han llegado hasta nosotros.
2. Civilizaciones antiguas: La música en Mesopotamia, Oriente, la Grecia clásica, el Imperio Romano y otras civilizaciones.
3. La Edad Media: La música entre el siglo XII y XV, aproximadamente. Juglares, trovadores, monjes.
4. El Renacimiento: La música la la segunda parte del siglo XV y el XVI, aproximadamente.
5. La práctica común: El periodo dominado por la el sistema tonal en la música. El Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo, entre otros.
6. La Edad contemporánea: Las revoluciones tecnológicas y la música. La aparición de lo que conocemos como Música popular moderna.
1. La Prehistoria musical
Antes de lo que llamamos antigüedad, de los vestigios documentales y las tradiciones que han llegado hasta nosotros de un modo u otro, los primeros humanos ¿hacían música?
No tenemos muchas pruebas de que así fuera, pero tampoco de lo contrario.
En algunos yacimientos arqueológicos se han encontrado pistas de lo que pudieron ser instrumentos musicales rudimentarios.

Huesos de aves cuidadosamente agujereados pudieron ser antepasados de las flautas que hoy conocemos. O los raspadores, huesos rayados que podían producir sonidos percusivos muy determinados, no como un accidente o una casualidad.
Otra fuente que nos hace pensar en una relación importante de aquellos hombres y mujeres de la prehistoria con la música, es la mitología.
Prácticamente todas las tradiciones mitológicas del mundo cuentan con figuras que simbolizan o se relacionan con la música. Orfeo, un maestro de música, en la Grecia clásica, por ejemplo. Bragi, con su arpa de oro, en la mitología del norte de Europa. O Huehuecóyotl, el coyote viejo, en la mitología mexicana como el dios de las artes, señor de la música, de la danza ceremonial y guía de la adolescencia.
Todo esto y, además, la misma capacidad del propio cuerpo humano con su voz y sus habilidades percusivas no dejan mucho lugar a tener muchas dudas acerca del interés y la práctica de actividades musicales en aquellos tiempos remotos.
2. La música en el mundo antiguo
China, Egipto, Mesopotamia, la Grecia Clásica o el Imperio Romano tuvieron una rica vida cultural y, entre aquellas artes, también destacó la música.
Ya fuera con un papel ceremonial, religioso o como una muestra de poder. Ya fuera como práctica popular en los cantos de trabajo o como apoyo en las campañas militares, la música estaba por todas partes.

Además, se empezó a investigar el aspecto físico de los sonidos musicales. Pitágoras, por ejemplo, en la Grecia Clásica, estudió porqué algunos sonidos sonaban mejor combinados con unos u otros distintos y puso las bases de los que hoy conocemos como armonía occidental.
3. La Edad Media y la música
Con el fin del Imperio Romano llegó una época oscura. La pobreza, las guerras y las enfermedades hicieron que la vida cultural se desarrollara sobre todo en los monasterios, los castillos y palacios.
El auténtico poder de aquellos siglos, en Europa, estaba en manos de los Papas, los reyes y los señores feudales y en esos ambientes se desarrolló la mayor parte de la actividad musical.
Los cantos sagrados en los centros religiosos, como los conocidos cantos gregorianos, fueron desarrollándose hasta llegar a introducir la polifonía, el canto a varias voces o líneas melódicas distintas, a finales de la Edad Media.

Las cortes y los castillos, especialmente, con los trovadores señoriales y los juglares errantes viajando de aldea en aldea con sus espectáculos musicales y acrobáticos, también fueron refinando, del mismo modo, su forma de componer e interpretar sus canciones populares durante aquella época.
4. El Renacimiento musical
El final del feudalismo, el ascenso de la nueva burguesía, la implantación de un incipiente capitalismo, el descubrimiento y colonización de América o la consolidación de los nuevos estados europeos fueron el escenario donde surgió lo que llamamos Renacimento.
Entre el siglo XIV y el XVI, un interés renovado por la cultura clásica griega y el ser humano y no tanto Dios como referente vital provocó que la ciencia y las artes impulsaran una concepción nueva del mundo. Empezaba lo que conocemos como Edad Moderna.
Los músicos, en particular, primero en el norte de Italia y también en Flandes, y después en el resto del viejo continente, se atrevieron a componer obras más libre y ricas, a romper con la rigidez eclesiástica de la Edad Media. Surgieron nuevas formas musicales innovadoras como los Madrigales y, especialmente, la Ópera.
5. La práctica común
Después del Renacimiento, se consolidó una nueva idea musical, una estructura armónica que dominaría casi por completo las obras durante al menos tres siglos: el sistema tonal.
Los modos armónicos eclesiásticos tradicionales fueron desbancados por la estructura clara y jerárquica de la tonalidad. Lo Mayor y lo menor, apoyados por la teoría musical del momento, pasaron a organizar toda la música de aquella época.

A este periodo se le ha llamado práctica común porque, realmente, todo el mundo utilizaba este enfoque armónico para componer sus obras, era lo común y abarcó tres importantes corrientes estilísticas entre el siglo XVII y el XIX: el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo.
Esta práctica, de hecho, aún hoy en día es la mayoritaria pero, desde la aparición del Impresionismo y demás nuevas ideas musicales, otros enfoques compositivos han tenido también presencia y protagonismo.
6. La música en la edad contemporánea
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, la revolución industrial aportó a la música un elemento desconocido hasta entonces: los soportes de grabación y reproducción de audio.
El fonógrafo y el gramófono, especialmente, con sus discos donde se podía registrar música y reproducirla en cualquier sitio revolucionó la relación de los oyentes con la música.
Prácticamente cualquier persona, de pronto, podía tener acceso a música grabada con una pequeña inversión que, sumado a la invención y expansión de la radio como medio de comunicación masivo cambió la forma de utilizar y consumir las obras sonoras.

También nació un gran negocio alrededor de aquellos inventos que condicionó, en buena parte, qué y cómo se componía música. Esto, junto con las cambiantes condiciones sociales del siglo XX provocó un torrente de géneros musicales que fueron apareciendo uno tras otro o incluso al mismo tiempo en aquellas décadas. El Blues, el Jazz, el Rhythm and Blues, el Rock and Roll y muchos otros fueron explorando las posibilidades sonoras de las grabaciones de audio y expresaron con su música y letras las inquietudes y sueños de generaciones de personas y comunidades humanas.
Resumen
La música, en definitiva, es tan antigua como nosotros mismos. No nos hace falta, realmente, tener pruebas materiales acerca de la práctica musical en la prehistoria, por ejemplo.
Y las historia de la música es también la historia de las canciones, de los cantos cultos y populares, de la vida cotidiana de los humanos a través del tiempo.
Tanto las músicas antiguas como las formas modernas y la tecnología aplicadas a las canciones y la música son manifestaciones del mismo principio original, de una necesidad humana auténtica, de una sed que no se ha saciado todavía.

Aquellos primeros humanos tenían la capacidad de producir sonidos con su cuerpo, con su voz, utilizando objetos de su entorno. Sin duda, tenían necesidades expresivas, por muy rudimentarias o imperfectas que fueran. Debían sentir miedo, pena, alegría, de algún modo.
Esas dos capacidades, sentir y poder crear sonidos, son más que suficientes para hacer música de algún tipo. Es más, esos son los únicos requisitos, incluso hoy, absolutamente necesarios para ello.
Lo demás es accesorio. Podemos cantar y sencillamente inventar melodías, escribir nuestras canciones. Podemos golpear nuestras manos o una superficie y generar un ritmo. Eso es música. Eso y mucho más.
La historia está llena de ejemplos. Sigamos adelante. Hagamos más música.