
El Jazz mola, pero ¿quién lo entiende?
Es el género musical de origen popular más refinado, más complejo y, seguramente, el más incomprendido.
Historia del Jazz. Origen y raíces
Como género, nació a finales del siglo XIX en los Estados Unidos, donde evolucionó y acabó expandiéndose por todo el mundo a lo largo del siglo XX.
El Jazz es un tipo de música que se originó como consecuencia de una combinación de las tradiciones de África occidental, la música europea y la realidad norteamericana.
Podemos decir, de forma muy esquemática, que la instrumentación, melodía y armonía del Jazz provienen de la tradición musical de Europa. Por otro lado, el ritmo, la producción de sonido y los elementos de armónicos de Blues serían aportaciones de la música africana. Y, finalmente, del contexto musical de los afroamericanos.
New Orleans como semilla
El Ragtime suele mencionarse como una las raíces del Jazz. Este estilo derivaba de las marchas y presentaba melodías sincopadas, con un marcado acento en los tiempos débiles del compás, y una interpretación académica, al estilo, digamos, europeo.
El Blues, como hemos dicho, es otro de los estilos implicados en la génesis del Jazz. En él, la tradición negra africana se expresa claramente en sus patrones repetitivos, en sus dinámicas melódicas de llamada y respuesta y en su carácter emotivo.
El Hot o Hot Jazz es un término genérico utilizado por los investigadores y musicólogos para referirse a varios estilos de música interpretada en grupos o bandas anteriores a 1930. Se trata de los estilos Nueva Orleans, a partir de 1890, Dixieland, en la década de 1910, y Chicago, y Nueva York, entre 1920 y 1930, aproximadamente.
Tenían en común, por ejemplo, el ritmo básico de las marchas militares, en 2/4.
También, la presentación de la melodía principal por parte del instrumento líder, a menudo la trompeta, mientras los restantes instrumentos tocaban una maraña de variaciones, como acompañamiento, en una especie de improvisación colectiva.
Además, la libertad en la interpretación, acentuando y sincopando de forma diferente el ritmo básico del tema y las partes reservadas a solistas, como las anteriores características, forman parte de las esencias del primer Jazz.
Los músicos de raza negra de Nueva Orleans en aquellos años provenían de dos grupos sociales, principalmente: por un lado, los esclavos liberados de sus amos anglosajones, que solían ser angloparlantes y analfabetos, y los criados de los burgueses franceses, por otro, que hablaban en francés y podían haber recibido educación, incluso musical.
En ese contexto, parece que dio sus primeros pasos el Jazz, con bandas legendarias como la Original Creole Orchestra, la Onward Brass Band o la Tuxedo Brass Band del trompeta Papa Celestin, ésta anterior incluso a 1900, entre otras.

La era del Swing
En los locos años 20, el Hot Jazz se fue popularizando y, al mismo tiempo, suavizando. Incluso surgió un estilo llamado Sweet Jazz, principalmente en Nueva York, donde se habían instalado buena parte de las figuras del Hot y que el público blanco podía asimilar con más facilidad .
Ese nuevo estilo mezclaba música comercial, canciones de musicales, etc … con el estilo Hot. Eso se tradujo en menos improvisación, más arreglos musicales y más formato canción.
Era el final de una era. El crack económico de 1929 y la posterior gran depresión se encargaron de confirmarlo.
Y también era el principio de otra. La era del Swing.
Aunque el Swing, esa forma de sincopar suavemente el ritmo, atresillada, y hacerlo más fluido, era practicado desde principios de siglo, no asumió un papel protagonista en la práctica Jazz hasta ese momento.
En los primeros años 30 el dinero dejó de correr, pero ese Jazz dulcificado empezó a ganar muchísima popularidad en todo Estados Unidos e incluso se expandió hasta Europa con de la mano de músicos que tuvieron que emigrar por los problemas económicos.
El Jazz Manouche o Gipsy Jazz, por ejemplo, se inventó en Bélgica de la mano del guitarrista Django Reinhardt.

Hacia 1935, el término Swing Jazz ya era mayoritariamente reconocible como música orquestal en compás de 4/4, con tempos medios o rápidos, arreglos musicales bien definidos e improvisación muy limitada.
Las orquestas de Duke Ellington, Fletcher Henderson o Count Basie, entre otras, triunfaban por todo el país levantando el ánimo a los muchos ciudadanos empobrecidos con su música vital y agradable de escuchar y bailar. Música popular para todos los públicos.
Las canciones en el Jazz
Las canciones en el Jazz proceden de varias fuentes. Las componían los propios músicos que las interpretaban, otros músicos distintos, profesionales de la composición y en muchas ocasiones eran temas de éxito en musicales de Broadway o compuestos como bandas sonoras de películas cinematográficas, por ejemplo, adaptados al estilo jazzístico. De hecho, muchas de ellas eran composiciones instrumentales.
Eran habituales los duetos de composición. Uno creaba la música del tema y un letrista se encargaba de escribir el texto de la canción.
Al conjunto de las canciones clásicas de este género se le conoce como Estándares de Jazz.
Por lo tanto, al escribir canciones, el material melódico y las letras son de lo más variado y, como el peso del Jazz es fundamentalmente musical e interpretativo, muchas funcionan como un complemento a la música, más que como un papel protagonista.
Los temas Jazz que tienen más Blues, o los que han coincidido con eventos sociales significativos suelen ser los más inspirados y conmovedores en cuanto a sus letras.
Canciones como «Strange fruit», «Summertime» o «Stormy weather», entre muchas otras, han pasado a la historia por su enorme calidad compositiva de sus autores.
Algunos cantantes destacados de la era del swing fueron Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Mildred Bailey o Bing Crosby.
El jazz moderno
En paralelo a las big bands, las grandes orquestas de baile, algunos músicos de Jazz llevaban el Swing a locales pequeños o jam sessions, más o menos improvisadas, y lo hacían sonar agresivo, exótico y complejo, justo al contrario del Jazz Swing más comercial. Así mismo, influencias como la afrocubana empezaban a asomar en en panorama de los estilos jazzísticos.

El Bebop
En pequeños bandas de tres, cuatro o cinco miembros, exploraban las posibilidades armónicas y la improvisación más sofisticada que el Jazz podía permitir.
La revolución Bebop estaba a punto de suceder. Era una reivindicación del individuo frente al grupo, de la libertad frente a la obediencia. Era, en definitiva, una revolución y causó estragos en el género. Una corriente de adeptos y otra de acusadores, unos a favor y otros en contra.
Sus temas se basaban en formas conocidas como blueses o rhythms y acentuaban los unísonos frente a las armonizaciones, los tempos rápidos y una técnica instrumental depurada.
El saxofonista Charlie Parker fue el protagonista principal de ese estilo.
Los años 50
La expansión del Jazz por todo Estados Unidos y también por algunos puntos del resto del mundo provocó una variedad de estilos basados a menudo en los lugares donde se practicaban y los músicos que habitualmente intervenían en ellos.
Así, el Cool Jazz, o East Coast Jazz, en New York y Boston, principalmente, recuperaron la composición de nuevos temas y las estructuras más elaboradas.
El West Coast Jazz era la versión californiana del Cool, o viceversa. Consistía en un estilo más calmado y puede verse como una especie de evolución del Swing que tuvo un gran éxito comercial.
El Third Stream incluyó influencias orquestales clásicas, desarrollos y matices instrumentales basados en la música culta europea.
El Hard Bop se desarrolló en New York impulsado por la discográfica Blue Note y mostraba unos ritmos e interpretaciones muy enérgicas, inspirándose en las raíces más tradicionales del Jazz como New Orleans, el Blues y el Gospel.
El Jazz Modal, a finales de la década, dio una vuelta de tuerca al concepto armónico del Jazz, utilizando los modos en lugar de a tonalidad como eje de sus temas. Miles Davis grabó en 1959 su disco «Kind of Blue», donde se explora este terreno y que, además, es uno de los discos más conocidos de la historia del Jazz.
Revolución y fusión
Los años sesenta supusieron en todo el mundo una oleada de cambio social. La lucha por los derechos civiles y las revoluciones sociales que buscaban un nuevo mundo de igualdad y la abolición de viejos privilegios políticos y económicos se sucedieron por todo el globo.
En el Jazz, este espíritu se vio reflejado en estilos nuevos y radicales como el Free Jazz, que era básicamente energía y experimentación en todos los aspectos.
John Coltrane, por ejemplo, exploró las posibilidades melódicas liberadas de la armonía funcional y, gracias a la influencia de la música de la India y sus propias experimentaciones, alcanzó una especie de estilo místico en sus últimos trabajos.

Miles Davis continuo con su evolución integrando elementos de la música más comercial como el Rock o el Funk en lo que se vino a llamar Jazz Fusion.
Ese camino fue seguido por otros múltiples artistas y grupos en las últimas décadas del siglo XX.
Desde este punto en adelante, podemos decir que el Jazz alcanzó una difusión y práctica mundial y, como consecuencia de esto, las combinaciones, influencias y los géneros o estilos resultantes se multiplicaron cada vez más y más.
Jazz con sonido Pop, con aromas folclóricos, Jazz Neoclásico, Jazz Electrónico y un largo etcétera que hoy en día, en el siglo XXI, todavía continúa dando nuevos y excitantes frutos.