El Funk nació de la rabia y de la desesperación.

Historia de la música Funk. Orígenes
El asesinato de Martin Luther King provocó algo más que la muerte de un hombre, un líder social y un pacifista. A finales de los años 1960 también murió una forma bastante pura de ingenuidad y la esperanza en el fin rápido de la segregación racial en Estados Unidos.
Cuando aquellos músicos que practicaban, básicamente, Soul y Rhythm and blues buscaron en el Jazz y en algunos ritmos latinos algo nuevo, lo que buscaban era una resurrección o, al menos, algún tipo de supervivencia digna.
Y lo encontraron. Más percusión, menos acordes y menos estructura. Más protagonismo del bajo y menos melodía.
El resultado: una nueva música rítmica y bailable. Una fuente de la que brotaba vida.
Esa música, ese ritmo
Un rasgo distintivo de gran parte de la tradición musical afroamericana era la acentuación de los tiempos débiles del compás, casi siempre un 4/4, es decir, el segundo y el cuarto tiempo. Este funcionamiento del pulso, esta dinámica ágil y juguetona recibió el nombre de «backbeat», en contraposición al pulso considerado «natural» y que organizaba casi la totalidad de la música occidental o, digamos, europea. …. , al que llamaban «downbeat».
Aunque con múltiples excepciones en la maraña de géneros de la música popular, esta era la «norma» de los ritmos negros y el Funk llegó para darle la vuelta por completo.
A mediados de la década de 1960 James Brown, artista de Soul y Rhythm & blues hasta entonces, decidió que tenían que tocar en el uno («on the one«), en el primer tiempo de cada compás, con énfasis, sin excepciones y que eso iba a ser el centro de su nueva música, el eje sobre el que iba a girar todo un género nuevo y radiante: el Funk.
Las bandas de Funk constaban de batería, guitarra y bajo eléctricos, órgano Hammond y, ocasionalmente, vientos. Todos ellos, a parte de tener claro que debían tocar en el uno, se dedicaban a tejer y combinar líneas rítmicas complementarias en el resto de los espacios del compás.
La música de las canciones Funk se basaba, a menudo, en riffs, o sea, frases musicales que se van apareciendo de forma recurrente, normalmente acompañando al ritmo base.
Se utilizaba también un «vamp«, o sea, un arreglo musical de poca duración que se repite una y otra vez hasta una señal convenida o el final del tema.
Podían usar un solo acorde para acompañar secciones enteras de un tema y del mismo modo, la melodía como tal no era, ni de lejos, lo más importante.
Estos eran, en pocas palabras, los planteamientos que seguían los practicantes del Funk. No había nada escondido, las intenciones estaban claras y la intensidad y la entrega eran obligatorias.
El término «funk» significa algo parecido a «apestoso» y parece que es bastante descriptivo si pensamos en el empeño físico que hace falta para tocar y bailar este estilo.
Las letras en el Funk
Y aunque, a la hora de escribir una canción Funk, la melodía no era una prioridad para la música Funk, podríamos pensar que las letras tampoco iban a tener un peso relevante en aquellas canciones pero … no. Error. No es en absoluto así.
La escritura de letras en las canciones Funk incluían textos muy repetitivos, como la música, y tenían una misión rítmica, como la música.
Frases cortas, pocas palabras, gritos y exclamaciones variadas. Todo por el ritmo. Pero, además, sintetizaban el mensaje en su mínima extensión: vivir, vivir.
Además, el trance que acababa provocando aquella música dejaba espacio para improvisaciones verbales e, incluso, pequeños discursos o sermones encendidos. Aquí y ahora. Vida o muerte. hay que seguir adelante, bailando, como sea.

Los héroes del Funk
Sobre estas bases sólidas otros artistas hicieron sus aportaciones particulares.
A parte del inventor, James Brown, y de las cientos de bandas que surgieron por todo el país y también en el extranjero tocando o imitando en estilo Funk.
Podemos destacar a Sly & the Family Stone que, formados en 1966, con músicos blancos y negros, mujeres y hombres, mensajes de amor fraternal y tolerancia, y una música con influencias rock, jazz, blues y algo de sicodelia envolviéndolo todo, tuvieron un gran éxito en aquellos años.
El cantante y compositor George Clinton con sus grupos Funkadelic y Parliament fue otra de los protagonistas exitosos del estilo, ya en 1970, mezclando el rock psicodélico, el Funk y el Soul con unas letras más políticas y comprometidas con las reivindicaciones sociales de la época.
Steavie Wonder y otros usaron las herramientas Funk en una u otra medida en aquella década y hasta 1978, aproximadamente, se pude decir que fue el estilo musical dominante.

El Funk nunca morirá
Tocar y escribir canciones de este estilo es algo especial. Cualquiera que haya tenido algún tipo de contacto con esa música lo habrá experimentado, sin duda.
Esa energía, esa claridad, ese fuego, esa intensidad no suele pasar desapercibida ni para los oyentes ni para los músicos que la interpretan.
El Funk ha seguido vivo, aunque no en primer plano, hasta hoy y fue clave en la aparición de nuevos géneros como la música Disco o del Afrobeat, el Hip hop y otros tantos estilos musicales más.
¡ Larga vida al Funk !