Si hay una figura, una persona con la fama de ser todopoderosa en el proceso de convertir una canción en una obra de arte y, también, en un producto de éxito, a lo largo de los años, esa es el productor musical. Pero, ¿quiénes son y qué hacen esas personas? ¿En qué consiste una producción musical?

Los músicos, las y los cantantes, compositores, compositoras y demás creadores de canciones o música instrumental, a la hora de concretar la versión final de una obra, generalmente, con un objetivo comercial, en algún momento se ven metidos en una serie de tareas que deben completarse para que eso suceda con garantías. Ese conjunto de tareas son las que definen los diferentes aspectos que cubre lo que se conoce como producción musical.
Un poco de historia
Desde que la música pudo ser grabada y comercializada, a principios del siglo XX, al menos, desde que las canciones quedaron fijadas en un soporte, como producto para el consumo particular, ciertos asuntos técnicos y humanos debieron ser preparados y ejecutados por varias personas.
Los músicos habían compuesto melodías, ritmos y demás, los letristas habían escrito los versos de las canciones, tal vez un arreglista, había determinado cada detalle musical de la pieza que se iba a interpretar, pero, para convertir todo aquello en algo que se pudiera vender al por mayor, hacían falta algunas cosas más.
La producción musical
Realmente, lo que conocemos como producción musical, como hemos visto, implica un montón de pequeñas y grandes tareas que deben completarse para, finalmente, obtener una grabación comercial.

Desde un punto de vista general, podemos dividir una producción musical concreta en dos áreas de trabajo generales:
- La producción ejecutiva
- La producción artística
Veamos de qué se ocupa cada una de ellas.
A&R o producción ejecutiva
El A & R, o también conocido como productor ejecutivo es, tradicionalmente, el representante de la compañía discográfica, la persona que maneja el presupuesto del proyecto musical en conjunto y coordina a los distintos profesionales implicados en la confección del producto final, entre otras cosas.
Siguiendo el acuerdo o contrato firmado con los artistas, cubre los gastos del proceso de grabación y se ocupa de que lo artístico y, especialmente, el aspecto empresarial cumplan los objetivos prefijados.
Se supone que en todo momento estará en contacto con los artistas y velará por el conjunto de su propuesta musical, colaborando con ellos, asesorándolos, etc …
Sugerir o elegir un productor artístico, diseñadores y asesores de imagen para artwork o videoclips y otros asuntos económicos y legales son competencia, según los casos, de un A&R.
Producción artística
El productor musical se ocupa de la producción artística. Es el encargado de dirigir todo el proceso de preparación, grabación, mezcla y masterización de una obra musical.
Puede tratarse de un single, de un Ep, de un álbum completo o similares que, al finalizar este proceso, estarán preparados para fabricarse, publicitarse, distribuirse y venderse en los variados canales de consumo musical.

El productor artístico es la figura que habitualmente asociamos con la palabra «productor» a secas. Se trata de un músico que será el coordinador, asesor y lo que sea necesario en ese proceso, interlocutor de la compañía discográfica, si la hay, con los artistas y viceversa.
Se supone que debe tener una idea clara de lo que busca la parte creativa, habitualmente el grupo, intérprete o artista, y lo que espera la disquera en tanto que producto comercial viable y lo más exitoso posible en cuanto a ventas y otros asuntos económicos.
Arreglos
Los arreglos son todos aquellos detalles musicales que van a elegirse para la versión final del tema o temas a grabar.
Los instrumentos que se utilizarán, la estructura concreta de cada canción y cualquier asunto directamente relacionado con la música conformarán los arreglos de las canciones.
Usualmente, la materia prima de los grupos o artistas serán el punto de partida y, junto con el productor artístico y, a veces, otros músicos especializados, se definirán qué y cómo va a grabarse cada tema.

Estudio de grabación
El estudio de grabación es donde se va a grabar efectivamente la música y la letra, donde realmente va a crearse la base musical de la producción.
Puede ser un gran espacio profesional con micrófonos, instrumentos y todo tipo de equipos de alta calidad dedicados a esta tarea, home studios con más o menos medios o una mezcla de los dos.
Con la revolución digital del siglo XXI, es habitual que la inmensa mayoría de los casos, una buena parte del material final se grabe en home studios y, si hay presupuesto disponible para el proyecto, se pase o añada algo en estudios más profesionales y, lógicamente, también mucho más caros.
Músicos
Los músicos son el corazón de las grabaciones. Junto con los o las cantantes, serán los encargados de tocar las partes de las canciones en la grabación, siguiendo los arreglos previamente establecidos o dejando algo de espacio para la improvisación y la inspiración interpretativa del momento.
Los o las cantantes se ocuparán de las voces principales del proyecto y tratarán de interpretar la letra de la canción escrita y los arreglos vocales, coros y demás.
Grabarán todo lo necesario y más, múltiples tomas, experimentos creativos y todo lo que pueda aportar algo al resultado final.

Ingeniero de sonido
El ingeniero o ingeniera de sonido se ocupará de los aspectos técnicos de la grabación. Que la señal de los instrumentos sea la correcta, que el material esté preparado para su uso y, en definitiva, que los elementos acústicos y sonoros disponibles faciliten al máximo el proceso de grabación.
Estará a los mandos de los aparatos grabadores, normalmente digitales, los controladores, las aplicaciones de software necesarias y será el responsable de que todo los que se grabe suene bien, correctamente, como el proyecto haya sido definido.
La mezcla
Con todo lo grabado se pasa a la fase de mezcla donde, entre todo el material disponible se elegirán y editarán las tomas o partes mejores para el propósito musical de la producción.
Además, se procesará el sonido particular de los instrumentos y voces, así como la sonoridad global de la canción o conjunto de canciones, hasta lograr una identidad sonora determinada, ya sea por el estilo musical que se quiere emular o seguir o por las ideas creativas del grupo o intérpretes.
Masterización
Una vez mezclado el material, ya sólo que el paso final: el llamado mastering. Este último paso se ocupa de dar un último repaso técnico al sonido de la producción, según el uso que se le vaya a dar.
Intentará equilibrar las distintas canciones, si se trata de un álbum, o, por ejemplo, también asegurarse de que suene perfectamente en cualquier reproductor de audio donde se pueda llegar a escuchar esa obra musical. Dispositivos móviles, auriculares, equipos de audio más sofisticados o cualquier otra fuente de sonido debe ofrecer un resultado acorde con lo que se ha grabado y con el objetivo que se había marcado la dirección musical del proyecto.
Cuando esta tarea se da por terminada, tendremos un archivo de audio llamado master, que será propiedad de la discográfica o de quién haya pagado el proceso de grabación y que será el original de dónde surgirán las copias que se distribuirán y pondrán a la venta en los soportes, formas y canales que se decidan.
El productor musical en el siglo XXI
Hay que decir, para ser justos, que toda esta lista de personas, tareas y materiales, actualmente se han reunido en unas pocas personas y en unos pocos espacios.

El productor moderno, por decirlo así, en este siglo XXI, se suele hacer cargo de la dirección artística, los arreglos, tocar instrumentos e incluso cantar o hacer coros, estar en el control de grabación y alguna cosa más todavía.
Esta persona, esta especie de superhéroe, a menudo, dependiendo de las capacidades de cada grupo o artista, puede incluso escribir las canciones necesarias para completar un repertorio o ser parte del equipo de compositores.
La elección de un productor, por lo tanto, es una decisión importante ya que su trabajo va a impregnar con sus enfoque, gustos y habilidades tanto el contenido como la forma y el sonido final de la grabación.
Conclusiones
En resumen, producir una canción puede ser tan sencillo como grabar en una computadora en tu habitación, mezclar y masterizar allí mismo y darlo a conocer por cualquier distribuidor digital o algo mucho más complejo, caro y sofisticado.
En cualquier caso, para dar a conocer una obra musical, el proceso de producción, con más o menos presupuesto y sofisticación, es indispensable así que, no está de más tener nociones de en qué consiste y como debemos lidiar con los participantes en ese trabajo.
Adelante. Escribe canciones, grábalas y deja que el mundo las escuche.