Los arreglos de una canción son el conjunto de detalles concretos, referentes a su interpretación, a cómo y con qué va a ejecutarse en una situación dada. Qué instrumentos, tempo, compás, tonalidad, armonización, duración, secciones y sonido van a configurar la forma en que vamos a escuchar una melodía, qué versión o versiones de las muchas posibles, van a ser las elegidas para grabarse o tocarse en una actuación.

Instrumentación
Vamos a suponer que la canción ya está escrita. Tiene una letra, una melodía y, tal vez un ritmo y armonía predefinidas.
Una de las primeras decisiones que un músico o músicos deben tomar a la hora de arreglar una canción es qué instrumentos musicales van a intervenir en la interpretación.
Incluso cuando la música de una canción ha sido escrita en el contexto de un estilo musical determinado o con un instrumento concreto como herramienta compositiva, eso no significa que la o las versiones que se toquen o se graben cumplan o conserven al cien por cien las ideas iniciales del compositor o compositora.
Tal vez la canción se creó con un piano pero el grupo, artista o intérprete que vaya a ejecutarla no tenga o no quiera la sonoridad de un piano un su versión. Puede que una guitarra encaje mejor en su estilo o en el género que practica, o puede que prefiera usar otros instrumentos o ninguno para conseguir un efecto distinto del conjunto. O puede, sencillamente, que no tengamos a mano un piano o un pianista para tocar y debamos completar la instrumentación del tema con otros recursos musicales.
Las situaciones y posibilidades son muy variadas. Y siempre hay que decidir y tomar un camino y no otros.
Tempo
El tempo es otro clásico a la hora de arreglar una canción.
Más rápido, más despacio, tal vez un acelerón en un momento dado o algún rallentando. Aunque parezca una cuestión menor, la música y las palabras especialmente no van a permitir ejecutar una canción a cualquier velocidad que se quiera.
La letra que se escriba, generalmente, debe poder cantarse, entenderse y asimilarse en buena medida durante la escucha de la canción.
La música debe fluir a un ritmo razonable y que tenga sentido con el tema y el estilo de la canción. No es algo menor y hay verdaderas discusiones entre los músicos a la hora incluso de acelerar o ralentizar un poco la interpretación de algunas canciones.

Compás y ritmo
Aunque el compás original en que fue compuesta una canción no es uno de los elementos más habituales a la hora de hacer cambios, puede hacerse y de hecho se hace de vez en cuando.
Pasar de un compás binario como el 2/4, o cuaternario como 4/4, a otro ternario como el 3/4, por ejemplo, puede afectar a la melodía y, como consecuencia, condicionar la calidad de su resultado.
En el caso se hacer un arreglo de una canción conocida, puede ser un punto de interés modificar el compás y llevar a una melodía a otro terreno distinto de su versión original o más reconocible.
El ritmo, un patrón determinado puede estar implícito en la misma composición del tema o no, pero en cualquiera de los dos casos, puede modificarse, junto con el resto de la instrumentación y tal vez también la melodías, en algún grado.
Su importancia, su presencia implícita y constante, hará que un cambio rítmico condicione y transfigure la canción de una forma importante.
Tonalidad
Más habitual es cambiar de tono o tonalidad una canción.
En la música moderna es algo común que la tesitura de la melodía se acomode a la del o la cantante y no al revés.
La idea de escribir una canción popular exclusivamente para ser cantada por un barítono o una soprano es poco habitual. Las canciones se escriben y cada intérprete la lleva a su terreno vocal, a sus alturas características y toda la instrumentación se adapta al tono resultante.

Armonización
Cuando se escribe una canción, es muy común armonizarla de algún modo, aunque sean unos acordes provisionales.
Siguiendo la teoría musical, las costumbres de cada cual o la intuición musical, ese contexto armónico, esas progresiones de acordes, esas líneas de bajo o de otro instrumento pueden surgir en el mismo momento de la composición melódica o aparecer antes, después o, incluso, cambiar en cualquier momento del proceso creativo.
A menudo, en la música popular moderna, esos acordes, contra-melodías o incluso ritmos son tan importantes y definitorios para el resultado final de una canción, como la misma melodía principal y, para un oyente poco experimentado, irán de la mano y serán casi inseparables unas de la otra. Si cambian, por ejemplo, en una versión distinta de otro grupo o intérprete, el nuevo arreglo será muchas veces percibido como otra canción distinta, como otra cosa, como una traición incluso al original.
Secciones, forma, duración
Del mismo modo, en la música popular, especialmente la escrita y grabada con una vocación comercial, será a menudo adaptada para el formato o medio de difusión o situación determinada donde vaya a reproducirse.
Estas versiones, adaptaciones o cambios pueden llegar a afectar incluso a secciones enteras de la canción y a la letra. Pueden desaparecer literalmente introducciones, solos instrumentales, interludios y cualquier otro elemento estructural que no encaje en el medio o escenario determinado donde se vaya a interpretar.
Hasta este punto pueden estar supeditadas las obras originales a las necesidades comerciales y de difusión.
Sonido
El sonido que escuchamos en una canción nueva hoy en dia, puede no tener nada que ver con la idea sonora que su compositor tenía en su cabeza cuando la estaba escribiendo.
Los artistas y las canciones en la música moderna, al pasar por el proceso de producción y grabación, se suelen someter a un diseño de sonido específico y reconocible. El peso de este proceso puede llegar a ser enorme y transfigurar una balada con instrumentos acústicos básicos en una canción de corte prácticamente electrónico.
Como ya he dicho más arriba, lo que entra por nuestras orejas la primera vez tiende a ser lo que reconocemos como original y verdadero, aunque sólo sea una de las muchas versiones que se probaron antes de decidir que ésa en concreto sería la elegida.

Intérpretes
Con los intérpretes pasa igual. Ya sea un o una solista o un grupo, la identificación entre canción y artista, especialmente con la persona que lo canta y su voz e interpretación características es, a menudo, muy fuerte.
Una vez más. Los grupos y artistas que cantan una canción sólo son, en muchas ocasiones, un intérprete ejecutando una versión de las muchas versiones posibles que puede llegar a tener. Puede que ni siquiera sea una de las mejores versiones posibles pero, a menudo, al oyente medio se le hace raro escuchar versiones distintas de una canción, distintas de aquella primera que escuchó.
Canciones y versiones
Podéis ver el gran poder que tienen los arreglos de una canción. Pueden transformar una lenta en una rápida, una densa en una ligera, pueden hacer que suene etérea o terrenal. Hay tantas opciones.
El escritor de una canción a veces estará involucrado en estas decisiones y otras veces no. Como compositor, estrictamente, no es su trabajo pero, si también va a ser el intérprete, como en el caso de un o una singer-songwriter, un cantautor o cantautora o sencillamente un compositor que además es parte de un grupo que toca sus composiciones, lo normal será que sea una de las voces autorizadas a la hora de vestir una nueva canción y ponerla a disposición de una audiencia, sea ésta grande o pequeña.