Hubo un tiempo en que la música empezó a brotar directamente de la música, sin ejecutantes musicales al uso, sin instrumentos, digamos reconocibles como tal, clásicos o tradicionales. Hubo un tiempo en que la nueva música, gracias a la tecnología, se empezó a hacer con pedazos, a veces transfigurados, de otras músicas.
Orígenes de la tecnología
La primera experiencia directamente relacionada con reutilización de formatos musicales para crear nueva música la encontramos en la década de 1940. En esa época, un puñado de artistas y músicos se propusieron evitar la composición musical abstracta, basada en notas escritas en pentagramas y posteriormente ejecutada por instrumentistas, e intentaron realizar obras grabadas directamente en una cinta magnetofónica. Cortando, manipulando y también montando bucles sonoros creaban sus obras. A aquellos experimentos sonoros se le llamó «música concreta».

Décadas después, durante los años 70, empezaron a aparecer dispositivos capaces de grabar y manipular audio, como el sintetizador Fairlight CMI, un instrumento que se empleó abundantemente en la música Pop de la década de 1980 y definió parte del sonido de la música popular de aquellos años.
La era de los samplers había empezado.
Pero, ¿qué es el Sampling?
El término «sampling» significa literalmente muestrear, es decir captar muestras, trozos o pedazos de un original y, por extensión, manipularlas gracias a los samplers o dispositivos preparados para esa tarea.
El muestreo como herramienta y método de composición se fue generalizando, especialmente en New York, a lo largo de la década de 1970, y fue clave en el nacimiento y desarrollo de la música Hip hop.
El Sampling, ya con la forma y concepto que lo conocemos hoy en día, se consolidó y las innovaciones tecnológicas llevaron esta técnica al formato digital. Los ordenadores, computadoras y dispositivos dedicados específicamente a esa tarea, los samplers, eran capaces de grabar, convertir en formato digital y reproducir sonidos, con lo que abrieron la puerta a un nuevo mundo de posibilidades creativas en la composición de canciones y demás obras sonoras.

En el año 1988 se puso a la venta el Akai MPC, un sampler con un precio asequible que puso el procesamiento de muestras al alcance del muchas más personas y su uso, así como el impacto que tuvo en la música de aquellos años fue enorme.
Con aquellas técnicas, los productores y Djs, a partir de muestras de grabaciones de música soul y Funk, concretamente las partes instrumentales, las percusiones y breaks de batería, con secuencias repetidas en bucle creaban las bases sobre las que los vocalistas y raperos dejaban fluir su discurso.
En 1996, Dj Shadow publicó el álbum «Endtroducing», formado tan sólo con muestras manipualadas de otras obras, íntegramente.
Esta manera de hacer música y canciones ha influido y definido en buena medida a prácticamente todos los géneros de la música popular desde entonces.
Las librerías de sonido
Aunque, en las primeras décadas de uso de esta tecnología, el proceso de sampling se realizaba con dispositivos dedicados o sintetizadores o cajas de ritmos con esa funcionalidad incluida, actualmente se ha ido imponiendo el uso de muestras profesionales, de productos de mayor calidad, generalmente para su uso en softwares de grabación digital: las llamadas librerías de sonido.
Librerías de instrumentos y orquestales
Una de las aplicaciones del Sampling ha sido intentar reproducir el sonido de cualquier instrumento, especialmente acústico, mediante el muestreo de sus sonidos posibles por separado a la máxima calidad posible.

Grabar, por ejemplo, un piano Steinway, cada una de sus notas como una muestra, cada una de sus dinámicas interpretativas de cada nota como una muestra y conseguir, por decirlo así, la materia prima del instrumento, en pequeños archivos digitales, para su reproducción en computadoras.
Estas muestras se combinan y editan mediante la asignación a canales Midi, normalmente controlados por un teclado, y podemos así tener una auténtica orquesta en nuestro ordenador, una réplica asombrosa de tantos instrumentos como puedas imaginar.
Entre estos instrumentos virtuales, podemos encontrar algunos gratuitos y, también, de cualquier calidad y precio que estés dispuesto a pagar. La mayoría de ellos se integran en las computadoras gracias también a la tecnología Vst.

Los loops y las instrumentales
Otra aplicación del muestreo en la música son los llamados loops. Un loop no es otra cosa que un pedazo de música que se puede repetir con algún sentido una y otra vez. Puede ser un loop de batería o percusión, un loop de piano, de voz o también, loops con una instrumentación más variada, bajo más batería, coros vocales más otros instrumentos y casi cualquier combinación imaginable.
Se ofrecen también piezas musicales completas, llamadas instrumentales, grabadas y preparadas como base para que un vocalista, generalmente en un contexto Hip hop, improvise o complete la pieza con su propia letra escrita para la canción y la ocasión, con su fraseo y mensaje personal.
Los sonidos experimentales
Otro producto derivado del Sampling son los sonidos experimentales. Las texturas y diseños sonoros poco habituales, los llamados sonidos cinemáticos que pueden tener aplicaciones audiovisuales, las atmósferas resultantes de procesar sonidos con múltiples efectos, etc …

Sampling y copyright
Una consecuencia directa de la popularización de los samplers y el uso de esas muestras procedentes de músicas pregrabadas y publicadas fueron los litigios legales.
La mayor parte de la música grabada y editada es propiedad de alguien, de una discográfica, probablemente, y lleva consigo unos derechos legales como el de reproducción, transformación y también los derechos de autor.
Al utilizar un pedazo de música propiedad de otra persona, entidad o empresa, fácilmente incurriremos en uso ilegítimo, si no es que tenemos el permiso específico de sus propietarios para el uso concreto que le queramos dar.
Sí, el famoso copyright ha provocado múltiples juicios y disputas legales hasta hoy mismo. El límite, como casi siempre, está en si la nueva canción o piexa musical que contiene muestras de grabaciones registradas previamente da dinero o no. Si hay dinero, seguramente habrá una reclamación y un acuerdo económico o un pleito. Si no produce dinero, seguramente no pasará gran cosa.
La consecuencia de todo esto es que, con el tiempo, han ido surgiendo múltiples librerías y servicios online con muestras de sonido llamadas libres de derechos, una vez más, algunas gratuitas y otras de pago, con las que ya se puede trabajar y experimentar sin ese riesgo legal.

Un futuro muy largo
Nadie sabe con seguridad lo que nos espera en los próximos años, décadas. No podemos adivinar qué clase de músicas irán creando los músicos y artistas o cuales seran las propuestas preferidas por las audiencias de lo que queda de siglo XXI.
Pero, teniendo en cuenta, las casi infinitas posibilidades de este modo de tratar los sonidos, de reutilizarlos, transfigurarlos y combinarlos de mil formas, no es tan difícil suponer que el Sampling y la manipulación sonora tienen todavía muchísimo que ofrecer a la creatividad musical humana.
Cualquiera puede empezar a jugar este juego. Las herramientas, los softwares y las fuentes sonoras son cada vez más numerosas y accesibles. Esta tecnología no es más que otra forma de crear, de imaginar música y hacerla. Nadie está excluido. Podemos y debemos experimentar con esos nuevos colores y texturas sonoras. Nuestras canciones y nuestra música alcanzará con su participación una renovada expresión, que antes no podíamos llegar a imaginar.
¿No es maravilloso?