Si hay un elemento o concepto a partir del cual podemos explicar la mayor parte de la música que escuchamos a diario son los intervalos musicales.

A partir de estas piezas mínimas, combinándolas de distintas formas, alterándolas, a veces, o acumulando unas con otras, por ejemplo, construimos las escalas musicales, los acordes y todas las estructuras de las canciones y la música de mayor tamaño, como las formas musicales o los géneros y estilos de todas las épocas.
El intervalo musical es la distancia entre dos sonidos, entre dos notas, con los cuales podemos formar escalas, melodías y acordes.
Esta sería una explicación básica pero vamos a ver algunos conceptos directamente relacionados con los intervalos y la música en general.
La octava
Desde muy antiguo, el estudio de los sonidos llevó a encontrar relaciones especiales entre las distintas frecuencias que el oído humano puede escuchar.
El descubrimiento más importante, probablemente, fue aquel que llamamos octava.

En la cultura occidental, ya Pitágoras en la Grecia clásica percibió la consonancia entre sonidos con frecuencias el doble y la mitad de rápidas entre sí. De este modo, el sonido que podía medirse como una frecuencia vibratoria de 440 ciclos por segundo, era perfectamente consonante tanto con la de 880 como con la de 220 ciclos por segundo o hercios (Hz). Por ello, esas tres frecuencias, recibieron un mismo nombre que, con el sistema de afinación estándar actual, llamamos La.
Sí, nuestra querida nota La. Unas más graves y otras más agudas, pero todas un La.
Del mismo modo, un Do central del piano actual corresponde a una frecuencia de 261,63 y tanto 130,81 Hz como sus divisiones entre 2, como 523,25 Hz y sus multiplicaciones por 2 serán también notas que llamamos Do.
Las quintas
Una vez establecido ese espacio sonoro que llamamos octava y que se repite a lo largo de todo el espectro, se siguieron buscando otros sonidos relacionados que sonaran bien al mismo tiempo.
Y encontraron lo que conocemos por el nombre de quinta.

Una quinta pura suena cuando sólo dejamos vibrar 2/3 partes de la longitud de una cuerda. En ese momento escucharemos un sonido distinto al de la cuerda con su longitud completa, pero un sonido muy compatible, muy agradable, lo que llamamos consonante.
Esa distancia proporcional que llamamos quinta es la referencia con la que se van a ir encontrando el resto de notas que hoy usamos para componer la inmensa mayoría de la música.
Los semitonos
Finalmente, con el paso de los siglos y el perfeccionamiento de los instrumentos musicales, las distintas opciones de afinación y el uso mayoritario el sistema tonal para organizar los sonidos musicales, se llegó a un compromiso que se llamó afinación igual.
Este sistema de afinación, también llamado temperamento igual, sencillamente dividía la octava en 12 segmentos matemáticamente idénticos y marcaba exactamente el lugar de cada nota. Nuestras queridas doce notas musicales.
Cada uno de esos espacios o distancias entre las notas consecutivas se llamó semitono.

¿Qué es un intervalo musical?
Un intervalo musical es la distancia que hay entre dos notas.
Es decir, no son las notas en sí mismas, ni su frecuencia sonora, sino la cantidad de semitonos que hay entre ellas.
En la mayor parte de la teoría musical que se enseña en libros y escuelas, los intervalos reciben nombres concretos para adecuarse a la tonalidad, a todo ese sistema musical que deriva de la escala mayor que todo el mundo occidental conoce desde la infancia.

Recordemos que esto afecta a cualquier sonido musical. Lo que toca un piano, una guitarra, lo que suena en un beat o lo que cantamos con nuestra voz son notas, frecuencias de sonido, y las relaciones que hay entre ellas, las distancias en concreto, son los intervalos.
En resumen.
Enfoque cromático: 1 octava = 6 tonos = 12 semitonos = 12 notas
Enfoque diatónico: 1 octava = 7 notas, elegidas de entre esas 12.

Tipos de intervalos
Entonces, si disponemos de doce notas, vamos a tener doce intervalos distintos, doce distancias que tener en cuenta. Vamos a verlos.
Partiendo de una primera nota cualquiera, nuestro famoso Do, por ejemplo, encontramos lo siguiente:
- De la primera a la segunda nota, de Do a Do# (sostenido) hay 1 semitono, un intervalo de segunda menor.
- De la segunda a la tercera, de Do# a Re, hay también 1 semitono, igual que entre todas las notas consecutivas. Y si contamos desde la primera nota a la tercera, de Do a RE, vemos que hay dos semitonos, un intervalo de segunda Mayor.
- De Do a Mib, o Mi bemol, hay 3 semitonos, un intervalo de tercera menor.
- De Do a Mi hay 4 semitonos, o 2 tonos, un intervalo de tercera Mayor.
- De Do a Fa hay 5 semitonos, o 2 tonos y medio. Una cuarta justa.
- De Do a Fa#, o Fa sostenido o Sol bemol, hay 6 semitonos, el famoso Tritono, llamado cuarta aumentada o quinta disminuida, según el contexto armónico.
- De Do a Sol, hay 7 semitonos, o 3 tonos y medio, nuestra amiga la quinta justa.
- De Do a Sol# o Lab, hay 8 semitonos, o 4 tonos, es decir, una sexta menor.
- De Do a La hay 9 semitonos, o 4 tonos y medio, una sexta Mayor.
- De Do a La# o SIb, hay 10 semitonos, 5 tonos que llamamos séptima menor.
- De Do a Si tenemos 11 semitonos, o 5 tonos y medio, una séptima Mayor.
- Y, finalmente, de Do al siguiente Do, encontramos los 12 semitonos, 6 tonos que ya conocemos: una octava.

Si seguimos la tradición de elegir la escala más conocida, la de Do Mayor, el famoso do re mi fa sol la si do, que corresponde con las teclas blancas de un piano, tendremos siete de esas notas localizadas, pero sólo siete.
La también llamada escala diatónica.
Los otros cinco intervalos se han utilizado habitualmente, aunque con menos protagonismo, y han quedado, digamos, eclipsados por el uso generalizado de esa estructura tonal.
Intervalos melódicos y armónicos
Como hemos comentado más arriba, los intervalos musicales aparecen por todos lados si analizamos una pieza cualquiera.
Cuando nos fijemos en las distancias que hay entra cada nota una melodía hablaremos de intervalos melódicos y si estamos analizando las notas de un acorde ola relación de la melodía con una armonización determinada, por ejemplo, nos referiremos a ellos como como intervalos armónicos.
En realidad, son perspectivas distintas de una misma cosa. La melodía se suele asociar al movimiento horizontal de la música y la armonía a las construcciones verticales de notas que se van dando en obras musicales.

En los dos casos, se intenta entender el efecto sonoro que resulta de las diferentes combinaciones de intervalos melódicos y armónicos. Entenderlo para interpretar mejor las canciones o las obras instrumentales y también para utilizarlos con mas seguridad y sentido cuando estamos componiendo nuestra propia música, buscando el acorde adecuado para un pasaje determinado o escribiendo canciones.
Intervalos y escalas
Los intervalos nos sirven, por ejemplo, para entender mejor las diferentes escalas musicales, esos patrones definidos de distancias entre notas.
De hecho, cada uno de esos patrones interválicos es realmente lo que llamamos escala musical, lo que le da sus características y posibilidades o, en definitiva, su sonoridad particular.
Conclusiones
Los intervalos explican las diferentes sensaciones que tenemos al escuchar melodías, acordes, canciones y música.
Esas relaciones entre las notas musicales definen cómo van a sonar, qué pueden transmitir y nos ayudan a entender el conjunto sonoro de una canción, por ejemplo. Tan sólo dos notas separadas por un intervalo disonante pueden provocar interés, misterio e incluso dolor. Y las notas consonantes, cuando suenan al mismo tiempo o consecutivamente, van a proporcionarnos un escenario sonoro más tranquilo y estable, seguramente.
Conocer los intervalos y su sonido, en resumen, nos va ayudar a entender la música y a crearla, a tener más claridad como compositores y compositoras, a resolver dudas en el proceso creativo y a tomar mejores decisiones en él.
Préstales un poco de atención. Escúchalos. Tiene mucho que ofrecerte.
Tenlos en cuenta y úsalos. Es hora de hacer una canción.