Todo el mundo conoce las notas musicales. El Do, el Re, el Mi, y todas las demás. Muy bien. Pero, ¿y si os dijera que una nota tiene unos cuantos secretos escondidos en su interior?

Pues sí. Para entender bien, por ejemplo, porqué llamamos Do a unos sonidos determinados del espectro sonoro o porqué el mismo Do suena distinto en una guitarra o un saxo o un piano, hay que explicar algunas cosas antes.
¿Qué es una nota musical?
Una nota musical es una altura sonora definida, más grave o más aguda, que recibe un nombre concreto y que tiene una duración determinada.
Esta es una definición corta.
Características de las notas musicales
- Lo primero que debemos tener claro es que una nota es un sonido. Hasta aquí, nada extraordinario.
- Un sonido es una vibración de aire que llega a nuestros oídos y termina en el cerebro descodificada como algo reconocible.
- Hay que comprender es que, realmente, existen y podríamos poner nombre, si quisiéramos, a tantas notas como distintas vibraciones posibles de aire, en el rango que nuestro oído esta preparado físicamente para percibir.
- Cada nota tiene una duración determinada, lo que se conoce como figuras musicales.
- Esos nombres de notas que conocemos y la cantidad de vibraciones de aire por segundo que relacionamos con cada una de ellas no siempre han sido ni son una verdad absoluta, sino un acuerdo entre los músicos de un ámbito y tiempo determinado. Este asunto es el que identificamos con la palabra y el concepto afinación.
Afinaciones
La historia de la afinación de instrumentos musicales es larga y tortuosa.
Para empezar, desde muy antiguo existió una dificultad técnica en la fabricación de instrumentos, una falta de precisión debido a las tecnologías del pasado que hacía casi imposible calibrar con finura las notas que podían producir.
Instrumentos de cuerda, de pistones y demás, materiales como la madera, el metal y otros,… Cada uno de ellos con sus problemas, con su dureza o con su inconsistencia y, finalmente, también una dificultad en medir objetivamente con facilidad los sonidos musicales.
Por si fuera poco, las discusiones de músicos y teóricos sobre cuestiones filosóficas o subjetivas, sobre si la nota de referencia del sistema de afinación debía ser 440 herzios o 442 o otra vibración por segundo.

En definitiva, y para no alargar más esta agonía, diremos que finalmente, se mejoró el diseño y fabricación de instrumentos musicales, se implantó el temperamento igual como sistema de afinación predominante y la nota de referencia se estableció el La en 440 hercios.
Este es el estándar hoy en día.
Los armónicos y las notas
Y aquí estamos con nuestras doce notas que casi todo el mundo conoce. Doce notas que completan el espacio sonoro de lo que llamamos octava, a partir de la cual se repiten los doce nombres de nuevo, tanto en sentido ascendente, o sea notas más agudas, como descendente, notas más graves.
Do, Do# (también llamada Re b), Re, Re# (o Mi b), Mi, Fa, Fa# (o Sol b), Sol, Sol# (o La b), La, La# (o Si b) y Si. 12 notas.
Con esas notas componemos melodías, a menudo, basándonos en escalas musicales, también armamos ritmos muy variados o aplicamos armonías y acordes siguiendo nuestro instinto o nuestro gusto, la famosa inspiración y, probablemente algo de teoría musical, ya sea por que la hemos estudiado o por pura imitación.
Resumiendo mucho la cuestión, las relaciones que haya entre esas notas, su duración, su timbre y demás variantes posibles es lo que llamamos música.
El timbre y la serie armónica
Volviendo a las notas musicales en sí mismas, lo que nuestro oído percibe como una sola cosa, como un único sonido, aunque no lo creas, en realidad, está formado por un montón de ellos sonando al mismo tiempo.
Vamos a explorar este asunto alucinante.
Resulta que cada sonido que escuchamos es muchos sonidos, infinitos, en teoría.
Para explicarlo sin muchos tecnicismos, cada sonido emitido, cada nota tocada por un instrumento, por ejemplo, cada una de ellas provoca con su sonido fundamental una serie ascendente de otras notas variadas más agudas que suenan con él y que, junto al ese primer sonido conforman las cualidades concretas de esa nota o sonido producido por ese instrumento preciso, y no otro.
Cada uno de esos sonidos es un armónico. Y el primero, además de ser al que recibe el nombre de la nota, también le llamaremos armónico fundamental.

La serie que se genera al producir cualquier nota se llama serie armónica y es la clave para que escuchemos una misma nota tocada en distintos instrumentos con unas cualidades distintas. Lo que llamamos el timbre.
El timbre característico de cada instrumento se añade a la riqueza potencial que tiene la música. Un piano tocando el Do central del piano, por ejemplo, provocará un sonido característico que estará formado por todos sus armónicos sonando al mismo tiempo como una sola cosa y cada uno de esos armónicos con una fuerza y presencia determinada.
El mismo Do, en una guitarra, por ejemplo, sonará muy parecido, pero diferente, ya que los mismos armónicos sumarán otra configuración de fuerzas e intensidades distintas.
Nuestro oído reconocerá, sin mucho esfuerzo que ese mismo Do está siendo tocado por instrumentos diferentes.
Conclusiones
Como habéis visto, detrás de un simple nombre y de una simple nota hay toda una película de ciencia e historia a través de los siglos.
Para cualquiera de nosotros es natural y poco sofisticado escuchar una de esas notas y, si tenemos el oído preparado, incluso reconocerlas y ponerles nombre.
Esto es así y está bien así. No hay necesidad de conocer la física del sonido para tararear una melodía o cantar con nuestras amistades un canción de euforia colectiva, por ejemplo.
Pero, al mismo tiempo, no está de más entender el porqué de las cosas, incluso de las más cotidianas e inofensivas.
Si compones música o escribes canciones no te va a sobrar este tipo de información y conocimientos. Especialmente en este siglo XXI, donde la manipulación del sonido, de estos elementos que hemos comentado y otros, se está desarrollando a toda velocidad gracias a las tecnologías digitales, entender qué es una nota, qué tipo de sonido es y cómo puedes utilizarlo y retorcerlo para tus propósitos creativos es, más que útil, necesario.
No hablemos más. Es hora de escribir tu nueva canción.