A finales de la década de 1950, un puñado de jóvenes músicos y cantantes de Río de Janeiro, quisieron dar un aire más sofisticado al Samba.
Así nació la Bossa Nova, un nuevo género musical cuyas canciones y composiciones instrumentales triunfaron, no sólo en el ámbito brasileño sino prácticamente en el mundo entero.

Historia de la Bossa nova
Inicialmente, aquellos jóvenes ilustrados de clase media no hicieron otra cosa que aportar su enfoque y sus conocimientos al Samba urbano de las generaciones anteriores.
Sus vidas acomodadas y la educación que habían recibido, impregnaron aquella nueva forma de tocar, cantar y componer música y canciones, con una influencia importante del Jazz de la costa Este norteamericana.
Con unos pocos elementos instrumentales y unas ricas armonías, a veces disonantes, y un ritmo seductor, fueron conformando un estilo íntimo. Además, creaban las letras de sus canciones con buenas dosis de poesía lírica y reflexiones acerca de la vida.
Orígenes de la Bossa Nova
Brasil vivió en la segunda mitad de los años 50 unos años de estabilidad y bonanza económica.
El negocio del petróleo y la modernización industrial, la creación de Brasilia desde cero como capital, por otro lado, la televisión retransmitiendo los éxitos deportivos a nivel internacional y el nuevo cine en Rio de Janeiro, la intensa actividad de actuaciones en vivo en los clubes nocturnos cariocas, …
Todo invitaba a tener una predisposición más abierta a las novedades, al ocio y el desarrollo cultural. Y eso era exactamente lo que estaba a punto de llegar.
En aquellos años 50, los brasileños escuchaban en la radio, además de música de Samba, boleros, Baião, música norteamericana, orquestas de baile y un estilo recién llegado llamado Rock and roll.
Como suele suceder en los cambios generacionales, la Bossa Nova recogía la tradición y le añadía alguna novedad inesperada para la audiencia autóctona, en este caso, básicamente, el elemento jazzístico. Esa nueva combinación fue la que tuvo éxito entre sus contemporáneos.
Los primeros artistas de la Bossa
Entre los años 1956 y 1958, las reuniones festivas en apartamentos del barrio de Copacabana, músicos, escritores, periodistas y demás, especialmente el de Nara Leâo, dieron como resultado el disco de João Gilberto «Chega de saudade«, composiciones de Newton Mendoça como «Desafinado» o también, «O barquinho» de Roberto Menescal.
Por ello, podemos decir que la Bossa Nova es una música de origen urbano que se desarrolló y consolidó como uno de los movimientos más influyentes de la historia de la música popular brasileña.
Canciones como «Garota de Ipanema» y la mencionada «Chega de saudade», compuestas ambas por Vinícius de Moraes y Antônio Carlos Jobim, son claros ejemplos del género y éxitos a lo largo y ancho del mundo. Fueron la presentación arrebatadora de aquel nuevo tipo de música.

El estilo de música Bossa Nova
Entre 1930 y 1959 se había ido imponiendo en el trabajo de los compositores brasileiros como Pixinguinha, un estilo musical algo duro, influenciado por ritmos norteamericanos como el foxtrot y los nuevos músicos buscaban otra cosa, algo distinta.
Para escribir sus canciones, se fijaron en las armonías suaves y sofisticadas del jazz y la interpretación relajada de Dick Farney o Frank Sinatra encontraron una vía para dotar con algo de swing aquella canción samba, ligeramente pesada, y esas influencias nutrieron el nuevo género.
Ese refinamiento musical se concretó en unas melodías sinuosas y poco definidas, a veces incluso discursivas, un acompañamiento muy rico armónicamente y un ritmo marcado y característico, la clave de Bossa.
Esta clave es una variante del clave original, un patrón rítmico originario de África que adoptó formas variadas en Cuba y otras zonas de América y sus comunidades, provocado todo ello por el tráfico de esclavos entre los siglos XVI y XIX.

Las letras en las canciones de Bossa
Playas, amores, esperanza y ganas de vivir y sentir una buena vida. Intelectuales, bohemios, noches de ocio de jóvenes cultos y con talento, … Las letras de las canciones de la Bossa Nova reflejaban ese ambiente peculiar, esa atmósfera relajada y abierta.
El vaivén de las olas del mar casi parece escucharse en esas canciones, los barquinhos y la brisa, la ensoñación y el optimismo juvenil, además de la conciencia del paso del tiempo.
Las letras de la Bossa desbordaban emotividad y, para acompañar a aquella música sinuosa, buscaban un toque poético, evocativo y lírico de las situaciones cotidianas de sus vidas.
La conquista de Estados Unidos y el mundo
Vinicius de Moraes fue el ideólogo de la película «Orfeu Negro», estrenada en 1959, en la que las canciones fueron compuestas en su mayoría por Antônio Carlos Jobim i Luiz Bonfá, fue un gran éxito internacional y propició que la Bossa Nova fuera conocida en gran parte del mundo.

Especialmente «A felicidade» i «Manhã de Carnaval» se convirtieron en clásicos dedel género y, también del Jazz, cuyos músicos reconocieron su calidad y las adaptaron para sus propios repertorios.
En 1962, Charlie Byrd y João Gilberto, en un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, acompañados de algunos de los principales protagonistas de la Bossa, demostraron que los dos géneros habían llegado a un entendimiento y complicidad evidentes.
La larga vida de la Bossa Nova
Desde entonces, este género musical tan especial no ha dejado de dar sus frutos e influenciar a músicos y músicas de todo el mundo.
La lista de compositores e intérpretes que se han acercado a la Bossa Nova en la segunda parte del siglo XX y el XXI es interminable.
Sergio Mendes, Astrud Gilberto, Carlos Lyra, Toquinho, Elis Regina, Stan Getz, Lisa Ono, Bebel Gilberto, João Bosco, Chico Buarque, Caetano Veloso, Djavan o Gilberto Gil, por nombrar sólo a unos cuantos, no han dejado de producir canciones con más o menos dosis de Bossa Nova, y respetuosamente han ido enriqueciendo con sus aportaciones un género que ya de por sí, desde su nacimiento, era riquísimo, exquisito.