Escribir canciones es expresarnos mediante unas palabras, en una situación determinada, de distintas formas y modos pero, finalmente, el origen y el destino de la letra de cada canción suele centrarse en algún tema concreto. Para hablar de ellos, podemos ser todo lo específicos que queramos, podemos hacer una lista interminable pero, realmente, ¿cuántos temas existen y cuales son?

Vamos a ver si somos capaces de dejar este asunto claro y resuelto.
Literatura, poesía y letras
Aunque tal vez te sorprenda, lo primero que hay que comprender es que escribir letras de canciones es una tarea literaria, es el lenguaje utilizado para representar la realidad de una manera artística, personal, subjetiva, elaborada para tener un impacto en quien la escuche.
Cuando estamos intentando armar unos versos que signifiquen algo para nosotros, que nos conmuevan y lo hagan también a otras y a otros, cuando buscamos una palabra poderosa, una expresión delicada, una metáfora sorprendente o una rima fluida y musical estamos componiendo un texto literario.
Las letras de las canciones, aunque puedan contener ideas filosóficas, anécdotas cotidianas, mensajes políticos y todo tipo de elementos de los discursos humanos, están diseñadas para ser cantadas y expresar, evocar o provocar emociones, sentimientos, algún tipo de respuesta en los intérpretes y en la audiencia.
Las letras, por lo tanto, no dejan de ser una forma literaria, así que, de un modo u otro, va a compartir con la literatura en general esos referentes, esos ejes sobre los que giran y se retuercen las novelas, los poemas, las canciones …
¿Qué es exactamente el tema en un texto?
Siglos y siglos de cuentos, de tramas, de formas narrativas variadas, de historias legendarias y también de hechos sencillos, cotidianos pero, al fin y al cabo, según el consenso general sólo tres temas: la vida, la muerte y el amor.
Cualquiera que escriba algo literario va a estar inevitablemente hablando de, al menos, uno de estos tres grandes temas.
Cualquier asunto por elevado, vulgar o extraño que podamos identificar puede ser reducido, simplificado o generalizado y encajar en uno de estos tres asuntos.
A partir de aquí se pueden identificar otros temas más concretos, más cercanos a nuestra experiencia como seres humanos, per todavía bastante generales.
Por ejemplo, el tema de la amistad, un clásico entre los temas de siempre, puede entenderse perfectamente como una forma de estimación, de aprecio especial y, por lo tanto, como parte del tema más general que llamamos amor.

Finalmente, los grandes temas y los más específicos son lo que son debido a que representan sucesos y emociones comunes a todos los seres humanos.
Por eso son asuntos que se abordan una y otra vez a través del tiempo, bajo distintas formas, con distintas perspectivas, lenguajes y demás. Y por eso, ya como receptores de las obras, como público o como audiencia, nos identificamos con esos personajes, entendemos y conectamos con el fondo de la cuestión desde nuestras propias vidas, desde nuestras alegrías y desventuras particulares.
En eso consisten las canciones.
Los tópicos narrativos
Y esos temas, como ya sabemos, pueden tratarse de formas muy diversas.
Las historias, las tramas, los textos concretos que escribimos se enmarcan en situaciones particulares, el ambientaciones determinadas como la calle, una casa o un bar, en un tiempo determinado como el pasado o el presente o en un tiempo indeterminado, con unos participantes específicos como un hombre y una mujer, o dos mujeres, o un grupo de personas, por ejemplo, etcétera.
En definitiva, lo que sucede efectivamente en la letra de una canción no es el tema sino otra cosa que podemos llamar trama, historia, evocación y de otras maneras más concretas.
Pero, además, esas formas particulares de presentar los temas han tomado a menudo, a lo largo del tiempo, escenarios o contextos recurrentes. Tanto que, ya desde los clásicos latinos, se han descrito esas representaciones concretas de los temas repetidas una y otra vez por su eficacia, son los llamados tópicos literarios.
Para que entendamos bien qué es un tópico pondré unos ejemplos.
Es muy posible que hayáis escuchado la expresión Carpe Diem. El Carpe Diem es un tópico, una representación específica del tema de la vida que consiste en historias distintas que tratan de la idea de aprovechar el momento, la alegría de vivir, la juventud, de estar y valorar en el presente, en definitiva. Este tópico se puede desarrollar con historias muy dispares pero que remitan finalmente a esta idea. Una canción que hable de una reunión de amigos pasándolo bien, bailando, charlando, disfrutando de ese momento, o alguien siendo consciente y expresando la felicidad de un instante en el tiempo.
Otro tópico clásico es el locus amoenus, qué consiste en la exaltación de un lugar concreto, de un paisaje, de un espacio específico que es importante para el autor o autora que lo describe no sólo como un lugar natural sino como algo paradisíaco o trascendental. Puede ser un barrio urbano, puede ser un prado en las montañas, puede ser cualquier sitio. Puede ser un descripción directa de los elementos que la componen o una narración de hechos personales que sucedieron en él. Pero, finalmente, un lugar trasformado en algo casi mítico, mucho más que un lugar en el mundo.
Hay muchos más lugares comunes de este tipo, tópicos que, por alguna razón, funcionan fantásticamente para relatar o evocar sentimientos y conectar con nosotros a través de los siglos.
El tema como hilo conductor
A veces sentimos la necesidad de expresarnos pero no logramos ponernos en marcha inmediatamente.
Los bloqueos, las dudas y el resultado que esperamos de nuestras habilidades y nuestra imaginación pueden fácilmente llevarnos a no saber qué escribir o cómo hacerlo exactamente.

Tener un tema en mente, una situación determinada bien fijada en el momento de escribir unos versos es uno de los principales resortes para desarrollar la letra de una canción.
De los millones y millones de palabras y combinaciones verbales que podemos elegir, en principio, ya no todas nos sirven porque tenemos un objetivo claro: algo que nos ha pasado, una emoción que hemos sentido, una persona que no nos podemos quitar de la cabeza, … algo con el poder de centrar nuestra atención y nuestros versos completamente.
El momento creativo puede llegar a ser muy salvaje y desordenado. El riesgo de dispersarse demasiado, de perder el foco durante la escritura de la letra de una canción puede llevar a resultados confusos sin ser este el objetivo.
La utilidad de un tema más o menos concreto para una canción está asociado a cómo nuestro cerebro gestiona la información.
Tanto para el letrista, compositor o compositora como para el oyente de una canción, el hecho de que exista un tema más o menos explícito, algo a lo que remita prácticamente todo el texto, un eje alrededor del cual gire el resto de elementos verbales, va a dar unidad al texto y va a hacer más fácil y efectiva la escritura y la comprensión de la letra.
¿Cómo encuentro la idea para una canción?
Voy a ir al grano. Ponte ahora mismo a escribir.
Si tienes una idea o un tema en mente, perfecto. Utilízalo como referencia, deja que surjan las palabras, que se desarrolle con tu combustible personal, con tu corazón, con tu cerebro, con tus entrañas.
Escribe.
Si no tienes un tema definido, escribe. Sí, escribe cualquier cosa, tu imaginación está llena de mil cosas y detalles: déjalos salir.
Te aseguro que si no tienes un tema y te pones a escribir, el tema será el que te encuentre a ti.
Así es, lo creas o no. Todo lo que pensamos, decimos o creamos tiene un tema o varios. Si escribes lo suficiente, al menos un tema será aparecerá revelado, tarde o temprano y te daras cuenta, de repente, de qué estás hablando.
Aunque ni siquiera una autoconciencia completa es necesaria para escribir una canción completa. Podemos componer canciones evocadoras y no directamente explícitas. Podemos crear una mezcla de texto literal y ensoñaciones o imaginarios personales.

Tenemos que pensar que cada oyente hará su interpretación particular de cada canción y puede que no coincida con lo que ella significa para ti. No hay problema, ese es el dominio de lo artístico y lo que hace que un extraño sienta una canción como propia, como parte de su vida.
Y, aunque la inspiración, ese rapto de la consciencia, ese trance casi automático puede llevarnos en una dirección que, al revisar lo escrito, no cumpla con lo que de ella se podía esperar, esto no tiene porque ser malo en sí mismo. El material en bruto de una composición puede muy bien no servir para el propósito de la obra en que apareció y tal vez merezca su propia melodía, su mejor desarrollo en otra canción nueva.
Muchas canciones nacen precisamente de lo restos de otras anteriores. Restos que, tal vez en otro momento, van a encontrar su propio tema, su propio tópico y su propia historia para desarrollarse completamente.
Canta y escribe. Es el único camino.
Conclusión
Para terminar diré que si alguna vez vuelve a tu cabeza la duda que reza: no sé de qué tema puedo hablar en mi próxima canción, o creo que ya he tratado todos los temas, ya puedes pensar en otra cosa.
Los temas están ahí, inamovibles, desde siempre, y por mucho que tú tengas esa sensación de vacío, la verdad es que parecen inagotables.
Vivir, morir, amar, es una reducción seguramente, una simplificación pero una simplificación cierta, real y aplastante.
Por lo tanto, no hay que preocuparse por los temas en sí mismos, están ahí y lo van a seguir estando.
En cambio, conocer los tópicos, las formas más concretas que se han impuesto a lo largo del tiempo para desarrollar y comunicar concretamente esos temas sí que tiene valor para un escritor o escritora de letras o canciones.
Entender que un tópico como el tempus fugit, el paso del tiempo, la vida como algo fugaz, se ha presentado de esta o aquella forma sí que nos va a dar una base sobre la que trabajar, una referencia real acerca de cómo esos temas se han plasmado en un escrito y han conseguido conectar con un público determinado y de cómo podríamos ser un poco originales o sorprendentes al hablar de ello con nuestras propias palabras en el momento actual.
Bueno, basta de teoría.
Agarra un lápiz, un papel o graba en tu teléfono móvil unas palabras.
Escribe tu canción.